domingo, 22 de octubre de 2017

Sociedad de la Información



El ser humano siempre se ha esforzado por adquirir y transmitir el conocimiento. En la actualidad éste está definido, por un lado, por el saber científico y la crítica social teórica.

Aunque suele hablarse de una "Sociedad del conocimiento" nacida en el Siglo XXI, lo cierto es que éstas mismas formas de conocimiento vienen predominando desde el siglo XVIII. Se habla, además, de un  progreso intelectual, de una gran "explosión" y expansión del conocimiento, como algo propio de la sociedad actual. Y al mismo tiempo, se argumenta que la aplicación económica del conocimiento está transformando a ésta por completo.

Más aún, el concepto de "sociedad del conocimiento" se usa como sinónimo de "sociedad de la información".  Es cierto que nunca antes hubo tanta información transmitida por tantos medios al mismo tiempo. Pero ese diluvio de informaciones no necesariamente equivale a conocimiento verdadero: el poseer información de ninguna manera es sinónimo de comprender el conocimiento que ésta en verdad  implica.

El significado de "información" es sumamente amplio e involucra también al conocimiento trivial. Éste es el conocimiento con el que crecen los adolescentes de hoy.


 Robert Kurz. Fuente.

El problema reside en que el concepto de inteligencia de la "sociedad de la información" está  modelado por la llamada "inteligencia artificial": máquinas con una capacidad de almacenamiento cada vez más alta, capaces de simular algunas de las actividades rutinarias del cerebro humano.
la "sociedad del conocimiento", como "sociedad de la información", busca reducir el mundo a un cúmulo de informaciones y datos, así como ampliar los campos de aplicación de los mismos.
Bajo ésta circunstancia, se ponen en juego dos categorías de "conocimiento": de las señales y funcional.

El conocimiento funcional está reservado a quienes construyen y mantienen las máquinas "inteligentes". El conocimiento de las señales involucra tanto a máquinas como a usuarios, buscando que ambos reaccionen automáticamente a determinadas informaciones o estímulos. No necesitan saber cómo funcionan; sólo procesar los datos "correctamente".

Por ésto es que, en la "sociedad del conocimiento", la base de ésta se encuentra en la informática, y en ella máquinas y seres humanos se comportan por igual, trabajando a través de procesos describibles y reejecutables. Algo que es perfecto para las máquinas, pero resulta sumamente alarmante cuando es aplicado a personas, seres sociales con una psiquis altamente desarrollada, como si ésto fuera representable, programable y calculable, en una situación que recuerda a las distopías de libros de ciencia ficción.

Capturas de pantalla del videoclip "Do the Evolution"- Pearl jam.

De ésta manera, la complejidad de la mente humana acaba siendo reducida a un esquema de reflejos condicionados, el cual tiene sentido aplicarse a una máquina o un programa, pero no a seres tan complejos como las personas. Y lo peor es que ese conocimiento de las señales, el cual es exigido no sólo en el ámbito tecnológico, sino también en el nivel social y económico, no es en verdad ningún conocimiento, ya que un reflejo es lo contrario a una reflexión intelectual, al ser negado el sentido y la finalidad del acto propio, abandonando el individuo la capacidad de cuestionarse a sí mismo y al ambiente que lo rodea. Estar "informado", entonces, viene a significar formar parte del circuito.(señales técnicas, sociales y económicas)

En esas condiciones, el conocimiento reflexivo intelectual es tenido como infructuoso e innecesario. Y las personas, necesitadas de trabajo, a menudo sacrifican su propia capacidad de reflexión, esforzándose en reducir su  pensamiento a contenidos triviales de conocimientos funcionales y reconocimiento de señales, con el fin de permanecer compatibles con el sistema.

Por otro lado, el conocimiento degradado en "información" no ha revolucionado la economía como se esperaba. Ésto tiene sentido, en tanto el conocimiento no es medible y por tanto no puede ser cuantificado, ni crearse valor a partir de él. Una vez puesto en el mundo, puede ser reproducido sin costos, infinita cantidad de veces.

Así, la predicción de la "nueva sociedad del conocimiento" no se cumple: la montaña de datos crece, pero el conocimiento real disminuye.

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